Yo, como Don Quijote me invento pasiones para ejercitarme. Voltaire.

jueves, 5 de enero de 2012

Rocinante


“En el momento que Alonso Quijano deja de ser Alonso Quijano y se aventura con su escudero por las planicies de la mancha, la realidad comienza a ser escrutada desde dos miradas: la del ingenioso Hidalgo que sólo encuentra a su paso la comprobación de sus quimeras, y la de Sancho, que viendo lo que ve es recriminado por su caballero”.
Los lugares transitados construyen nuestra historia, tal como lo hicieron Don Quijote y Sancho, salimos a caminar. No pretendo representar estos inabarcables personajes, sólo me inspiro en su encanto, en el encuentro entre las chaturas de las cosas y el ojo estrambótico de quien las quiere distintas.
La coreografía está desarrollada a partir de las conversaciones que Don Quijote mantiene con su escudero, en sus diferencias y similitudes, en los combates entre ellos, y contra otros, y por supuesto, en sus fantasías, porque allí vamos todos a caballo flaco o mula quejosa.
¿Por qué Rocinante? Porque es el caballo de Don Quijote sobre el cual muchas veces andamos, también porque siempre estuvo ahí, es un testigo fiel que abarca a los dos personajes.


Creación y dirección: Flakorojas
(2000)

Intérpretes:
Anakarina Balza Flakorojas

Diseño y realización de vestuario: Flakorojas
Música: Gilberto Gil, Kyle Minogue.
Edición musical: Cesar Cuellar.

Críticas:

“Dentro de las incidencias del festival tres nuevos coreógrafos apostaron por una danza más cercana al disfrute y regocijo estético, aunque no exentos de carga ideológica. José Antonio Rojas insistió en el humor como factor esencial de su línea de creación. Rocinante es un dueto de amor fraternal. En él, los dos celebres personajes cervantinos danzan con mágica agudeza su idealismo y si extravío”.

Carlos Paolillo
El Nacional. Martes 12 de septiembre 2000.

Fotografías: